Que la paz del Eterno Dios inunde sus vidas.

Soy Jimmy C. Escobar, director de MIZPA RCS, y para mí es un gran honor liderar esta prestigiosa institución. Nuestro propósito primordial es enseñar teología bíblica, guiando a los alumnos a profundizar en el conocimiento de las doctrinas fundamentales y capacitándolos para defender la verdad (1 Pedro 3:15).

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Desde niño, he sentido una profunda pasión por conocer más de Su Palabra. Sin embargo, crecí en un hogar católico y no pude tener acceso a las Sagradas Escrituras hasta los 12 años, cuando Dios, en Su misericordia, me permitió recibir un Nuevo Testamento que repartieron los Gedeones Internacionales.

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Recuerdo la primera vez que leí el Nuevo Testamento; mi vida cambió de manera increíble y despertó en mí una sed insaciable por la Palabra del Señor. A pesar de estar en una religión tradicional, tuve la oportunidad de ingresar al Seminario San José de la Montaña en San Salvador, donde comencé mis estudios de teología, al mismo tiempo que finalizaba mi carrera de profesor de Sociología en la Universidad Pedagógica de El Salvador (UPES).

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A principios del año 2000, Dios me llevó a los Estados Unidos tras la pérdida de mi padre. La necesidad de conocer más a Dios me impulsó a buscar una iglesia donde congregarme. Así fue como conocí a un pastor de nuestro movimiento, quien me evangelizó. No fue un camino fácil; pasamos seis meses debatiendo sobre doctrinas, pero al final, rendí mi vida por completo al Señor Jesucristo, a quien sirvo con todo mi corazón.

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Desde mi conversión, he tenido la bendición de completar tres años de estudios en un instituto bíblico con las Asambleas de Dios, obtener una acreditación en Escatología bíblica por el Houston Theological Seminary, y recibir una licenciatura en Artes de Estudios Bíblicos en Grace School of Theology. Actualmente, estoy en la fase inicial de una maestría en Ministerio en la misma institución.

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Mi ferviente deseo es que cada día más hermanos se unan al estudio serio de Su Palabra. Este mundo es cada vez más demandante y desafiante, y es nuestra responsabilidad ser instrumentos en las manos del Señor para que muchas vidas vengan a la salvación. "A la verdad, la mies es mucha, más los obreros son pocos" (Mateo 9:37b).